Es probable que una de la fases más importantes de las planificación del entrenamiento sea no tanto el entrenamiento en sí, sino más bien la asimilación del mismo. En este sentido, la recuperación de los entrenamientos exigentes es fundamental para un rendimiento óptimo, y para la mejora. Una correcta recuperación además nos permitirá seguir incorporando intensidad en entrenamiento futuros, evitando el rendimiento comprometido. Por lo tanto, la idea social de más es mejor está muy lejos de la realidad y de la eficiencia de cualquier plan de entrenamiento. Solo aquellos planes de entrenamiento que se centren en una óptima recuperación darán como resultado un rendimiento exitoso.

La gestión adecuada del entrenamiento ha de estar mediada por la personalización del mismo. Factores como la edad, estrés, y responsabilidades familiares o laborales han de ser tomados en cuenta. No es lo mismo planificar entrenamiento para un atleta de 28 años, que para otro de 48. De igual manera, el entrenamiento enfocado para un atleta con una vida tranquila, para nada ha de ser equiparable al de otro con vida estresante.

En cualquier caso, y siendo conscientes de los factores de cada atleta, sí hemos de ser saber que el cuerpo necesita al menos 7 días para la recuperación completa de un esfuerzo máximo. En algunos casos, la recuperación ha de ser de 10 a 14 días. Me quedo maravillado y al mismo tiempo preocupado cuando veo atletas de edades superiores a los 45 años realizando series 48 a 72 h posteriores a una competición, o incluso a un ritmo exigente. La recuperación muscular implica no solo una recuperación mecánica, sino además hormonal y metabólica; no debemos olvidar que el músculo esquelético es un órgano endocrino, capaz de gestionar la secreción de hormonas asociadas a la contracción muscular y procesos inflamatorios. Es posible que aparentemente nos encontremos recuperados 3 ó 4 días después de un esfuerzo máximo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, puesto que orgánicamente la maquinaria enzimática y hormonal precisa de no menos de 7 días. Este hecho es especialmente evidente en personas con edad superior a 45 años.

Es muy posible que el entrenamiento de carrera tal y como se viene haciendo haya que replanteárselo. Realizar más de un día de esfuerzo intenso  semanal podría dar como resultado un rendimiento comprometido como consecuencia de una insuficiente recuperación. Sin embargo, la asimilación podría ser óptima con un solo entreno intenso semanal, complementado con rodajes suaves el resto de días de la semana. La planificación del entrenamiento consiste no tanto en más es mejor, sino en una gestión óptima e inteligente de la intensidad.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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