El atletismo aporta muchos valores; trabajo, esfuerzo, superación, exigencia, continuidad, involucración, excelencia, y un largo etcétera, pero probablemente el más bonito es el compañerismo y la amistad. Es curioso, un deporte tan competitivo dentro de la pista, se transforma en amistad fuera de ella. Yo he tenido la gran suerte de compartir enormes momentos con grandes atletas, pero los entrenamientos realizados con Juan Cuadrillero son difíciles de explicar y transmitir. Recuerdo el año 2012, volando en las series de 1.000 m en La Jarosa, rodajes de 1 hora a ritmos endiablados en la Sierra de Guadarrama, series de 400 m a 1´00¨; daba igual lo rápido que fuese, Juan siempre podía ir más rápido que yo. La calidad atlética de Juan Cuadrillero es desde mi punto de vista inigualable en categoría M40 hoy por hoy en España. Un atleta capaz de correr en 14´17¨ los 5.000 m.l. y 29´52¨ los 10.000 m.l. está al alcance de muy pocos en aquella categoría. Recuerdo especialmente un entrenamiento de 10 km a cambios de ritmo 10x(500 + 500), sin descanso, todo seguido, haciendo los 500 rápidos en 1´27¨ y los 500 ¨lentos¨ en 1´38¨, para terminar el 10 k yo en 30´30¨, y Juan en 30´15¨. En ese momento yo me encontraba excelso, pero dio igual, fue imposible seguir los ritmos de Juan. De vez en cuando nos vemos, y ayer fue uno de esos días. Hicimos un rodaje, hablando de nuestros retos, que a buen seguro se convertirán en realidad la próxima temporada. Vamos a por ello.
Entrenamiento, herramienta para la mejora del rendimiento, pero solo si la intensidad es milimétricamente ajustada.
El entrenamiento es la herramienta que tenemos para mejorar no solo nuestro rendimiento, fundamentalmente a través de la adaptación generada en el músculo. Ahora bien,