Pocos lugares en Madrid son tan emblemáticos desde el punto de vista atlético como el Parque de Arcentales. Ubicado en un barrio obrero, y lugar de entrenamiento en el pasado y presente de fantásticos atletas, históricos y pioneros corredores, testigo de miles de kilómetros que han marcado la preparación de innumerables carreras desde principios de los años 80. Es un parque con magia, situado a una altitud de 700 m, recorrido duro, y difícil de hacer grandes ritmos. Lugar en el que comencé a correr, en el año 1983, y con recuerdos en mi memoria que han marcado gran parte de mi trayectoria deportiva. Ayer, sin darme cuenta, llegué de nuevo a las cuestas de Arcentales en mi rodaje de 12 km. Las sensaciones fantásticas, empezando los primeros km muy tranquilo a 5´/km, pero poco a poco aumentando el ritmo, llegando a marcar en alguno de ellos 3´20¨. Finalmente un ritmo medio de 4´03¨, sin querer, y volviendo a aquellas espléndidas sensaciones del año 2012. Las piernas se me iban, los tobillos como resortes al tocar el suelo, y con esperanzas de volver a correr rápido, para ser muy competitivo de nuevo. M45 GO!!!
La importancia de correr lento para preparar un maratón
Desde un punto de vista metabólico, podemos diferenciar tres zonas de entrenamiento; Si pensamos en deportes de resistencia, y especialmente en la disciplina del maratón,