Durante estas semanas atrás, o más bien durante los últimos dos años y medio, he estado rodando suave, lo que he podido, y lo que mi cuerpo me ha permitido, que no ha sido mucho. Rodando despacio no tengo dolor, pero si fuerzo lo más mínimo al día siguiente estoy resentido. No me vale con rodar despacio, quiero volver a entrenar fuerte, pero con inteligencia. He intentado resistirme, pero al final los meniscos de mi rodilla derecha tendrán que pasar por el taller. En principio algo sencillo, artroscopia, y realizado por el Dr. López Capapé. Me pongo en muy buenas manos para volver a disfrutar en breve de mi gran pasión, y además de la mejor forma. Tengo unas ganas tremendas, echo de menos el olor a tartán, la tensión excitante de la competición, el subidón de adrenalina tras un gran entrenamiento, y la risas con los compañeros de entrenamiento. Volveré a transmitir lo que vivo durante un entrenamiento, mis sensaciones y todo mi disfrute del entrenamiento y de la competición.

Lactato y rendimiento: por qué la recuperación es el verdadero campo de batalla
Luis del Águila | Entrenamiento y fisiología Introducción Cuando hablamos de rendimiento deportivo, solemos enfocarnos en lo evidente: velocidad, fuerza, potencia. Pero hay un factor