Adelanto que la entrada de hoy va a ser un tanto filosófica, pero llena de pasión por el atletismo. Hace tiempo que no comparto mis sensaciones de un entrenamiento. Solía hacerlo en mi antiguo blog La Pasión de Luis del Águila. Entrenamientos llenos de pasión, fuerza, energía e incluso en ocasiones increíbles. Pero es precisamente la pasión con la que he vivido mis entrenamientos el detonante de marcas que en principio eran inimaginables para mí. Todos los entrenamientos que hacía eran claves, pero había uno en concreto que era especial. Un entrenamiento en el que disfrutaba como un niño a pesar de la dureza del mismo. Ese entrenamiento que me gustaba hacer en solitario, ese entrenamiento que mantenía en secreto, y que para mí era el entrenamiento que no podía faltar en la semana. Ese entrenamiento que me ponía fuerte como el vinagre. Hoy he compartido ese entrenamiento con un atleta que tiene muchísimas ganas por sacar de su interior la enorme calidad que tiene dentro, y que estoy seguro que sólo es cuestión de tiempo. He podido acompañarle en bicicleta, y a duras penas. Me han venido a la mente sensaciones espectaculares de cuando yo estaba como un avión, como un auténtico obús. He disfrutado tanto como antaño, sólo de verle correr. Mi entrenamiento consistía en ritmo sostenido sub 3´20¨ durante 30´por la Dehesa de San Sebastián de los Reyes (que ya es correr), seguido de entrada directa a la pista para hacer 2.000 m (5´50¨), 1.000 m (2´50¨) y 500 (1´18¨). Prácticamente sin parar, con apenas 1´ de recuperación entre ellos. Hoy hemos hecho un entrenamiento similar, algo más suave, pero en breve este atleta podrá hacer ritmos incluso más fuertes que los que yo hacía entonces. Estamos trabajando para ello, cada día un poquito más, día a día, todos los días y todos los entrenamientos como dice el Gran Arturo Martín. Éste es el auténtico secreto, continuidad con pasión, mucha pasión.
Entrenamiento, herramienta para la mejora del rendimiento, pero solo si la intensidad es milimétricamente ajustada.
El entrenamiento es la herramienta que tenemos para mejorar no solo nuestro rendimiento, fundamentalmente a través de la adaptación generada en el músculo. Ahora bien,