DESEQUILIBRIOS MUSCULARES Y RENDIMIENTO DEPORTIVO

El ser humano no es perfecto, y todos, en mayor o menor medida, somos más fuertes de un lado del cuerpo que del otro. Es más, pensando en musculatura aislada, puede ocurrir que la descompensación de un músculo con respecto al mismo del lado contrario sea muy alta. Incluso en personas sedentarias, la descompensación muscular asociada a la debilidad asimétrica muscular, normalmente termina en dolor.

Si nos centramos en rendimiento y en deportistas, sería lógico pensar que los desequilibrios musculares comprometen el óptimo resultado deportivo, ya que el cuerpo tendrá que compensar con otras partes del cuerpo para realizar el gesto deportivo de la mejor manera posible. Por lo tanto, una correcta valoración de nuestro cuerpo nos dará pistas para determinar si el gesto deportivo está comprometido, pudiendo resultar en un menor rendimiento. Además, la disminución del rendimiento será más palpable cuanto más mejoremos nuestras marcas personales. De hecho, es muy habitual observar atletas que a  pesar de tener margen de mejora a nivel metabólico, el rendimiento se ve comprometido como consecuencia de los desequilibrios musculares.

Otro factor a tener en cuenta en el resultado de los desequilibrios musculares es la lesión. Una descompensación habitualmente termina en dolor, y en mayor medida cuanto más intenso sea nuestro entrenamiento. Esta es una de las razones por las que las lesiones normalmente van asociadas a períodos de entrenamiento intensos. En estos casos, la descompensación ya no sólo compromete el rendimiento, sino que además termina en lesión como consecuencia de la incapacidad del cuerpo para compensar en momentos tan intensos del entrenamiento.

En resumen, es importante una correcta valoración funcional para identificar desequilibrios musculares. Una vez identificados, hemos de incorporar trabajo específico de fuerza dentro de nuestro programa de entrenamiento para mejorar y llegar a eliminar la descompensación. El trabajo de fuerza es importante, pero más importante es saber qué fuerza he de realizar. Porque recordemos, si trabajamos la fuerza de forma inespecífica, los músculos fuertes se harán más fuertes, y los débiles permanecerán débiles.  El resultado será opuesto al deseado, es decir un mayor desequilibrio, menor rendimiento deportivo, y mayor probabilidad de lesión.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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