Cada día son más las personas que quieren incrementar el rendimiento deportivo. Este objetivo implica disfrutar más corriendo, sentirse mejor, al mismo tiempo que mejorar su calidad de vida. Desde un punto de vista personal estoy plenamente convencido de que esta optimización pasa por conseguir mejores resultados de rendimiento muscular, y no tanto cardiovascular. Sin embargo, nos seguimos obsesionando con la mejora en el rendimiento de carrera, olvidándonos prácticamente por completo de la innovación y trabajo a nivel muscular. Incluso los corredores que realizan entrenamiento de ¨fuerza¨, siguen teniendo problemas de desequilibrios musculares y falta de fuerza. Recientemente publiqué un artículo sobre la ineficiencia del entrenamiento funcional. El motivo que ponía sobre la mesa no era otro que con el entrenamiento funcional, o incluso el clásico de gimnasio, no se trabaja la musculatura de forma aislada. De manera, que en un movimiento de cuerpo completo, implicaría una compensación de los músculos fuertes para realizar el movimiento, resultando en la ausencia de trabajo del músculo débil. No estoy diciendo que no tengamos que hacer trabajo de fuerza clásico, sino que antes de éste hemos de estar seguros de que cada músculo tiene fuerza por sí mismo sin necesidad de compensar con otros.
Todos los días trato a corredores que pretenden correr un maratón sin ser capaces de desarrollar un mínima fuerza en la zona isquiotibial, glúteo, psoas mayor, aductores, pies, etc… Haced la prueba. Tumbaos boca abajo, flexionar una pierna en intentad hacer fuerza llevando el talón al glúteo, haciendo fuerza únicamente con parte isquiotibial, no de cintura ni cadera. Estoy convencido de que al 80% se le ¨sube el isquio¨ en el primer movimiento, el 10 % no es capaz de ejercer fuerza ninguna, un 5% podrá ejercer algo de fuerza pero mínima, y únicamente un 5% podrá realizar fuerza decente en dicho movimiento. Cómo es posible preparar un maratón si no tenemos un mínimo de fuerza isquiotibial. Ya no os digo nada, si además, se le coloca al individuo en camilla en una posición en la que se pueda aislar con precisión el músculo que se trabaje. La capacidad de realizar fuerza en nula. En un alto porcentaje la biomecánica de carrera está adulterada por compensaciones musculares como consecuencia de las debilidades de músculos concretos. El resultado será tarde o temprano ya no sólo un rendimiento deportivo comprometido, sino además la siempre temida lesión.