CÓMO ENTRENAR EN PERÍODO DE COMPETICIÓN

Nos acercamos al momento culmen de la temporada para muchos atletas, la competición. Meses de duro entrenamiento han de ser recompensados con un óptimo resultado en competición. Sin embargo, no es fácil rematar la faena, y en muchas ocasiones es difícil encontrar el equilibrio descanso, entrenamiento intenso y rendimiento óptimo en competición. El entrenamiento es necesario para conseguir mejorar nuestro rendimiento mediante una adaptación a estímulos intensos. Sin embargo, al mismo tiempo es preciso asimilar los entrenamiento intensos, porque recordemos que es la asimilación de los entrenamientos lo que nos hace mejorar, y no el entrenamiento por sí solo. Sin asimilación no hay mejora. Además, tenemos una variable más en juego, el componente aeróbico que a su vez disminuye con el entrenamiento intenso. Recordemos que competiciones en distancias de 5.000 m tienen hasta un 80 % de componente aeróbico, por lo que es fundamental mantener una capacidad aeróbica alta aun en períodos de competición y no solo en etapas de acumulación. Por lo tanto ya podemos intuir que el tema no está exento de complejidad, y que un equilibrio entre intensidad de entrenamiento, asimilación y una correcta capacidad aeróbica son claves para conseguir un óptimo rendimiento en competición. Entrenar con inteligencia para equilibrar intensidad, asimilación y capacidad aeróbica es clave para competir con excelencia. Nos entramos con una ecuación de tres variables, en la que una puede anular a las restantes, a pesar de que las tres son necesarias para la mejora.

Si nos centramos en entrenamiento intenso y adaptación, y teniendo en cuenta una vez más que es la adaptación la responsable de la mejora y no el entrenamiento directamente (Resistance Institute & Lucas Leal), cada atleta debe de buscar su óptimo rango de asimilación y no tensar demasiado la cuerda para caer en un estadio destructivo continuo consecuencia de elevadas dosis de intensidad en el entrenamiento.

El tercer factor, componente aeróbico es como hemos visto también fundamental, especialmente si tenemos en cuenta que cada entrenamiento de alta intensidad disminuye la capacidad aeróbica, a pesar de ser el primero también necesario para conseguir adaptación. Como hemos comentado en repetidas ocasiones durante este blog, la mejor manera de mejorar la capacidad aeróbica es con entrenamientos en el rango de umbral láctico; es decir con entrenamiento de ritmos controlados justo a pulsaciones correspondientes al ritmo en el que el lactato se dispara de forma exponencial. Esta dato científicamente demostrado nos da pistas para saber ya no sólo cómo mantener nuestra capacidad aeróbica en períodos de entrenamiento intenso, sino incluso para mejorarla. En definitiva consiste en mantener entrenamientos con frecuencia semana a ritmos de rodaje correspondientes a umbral láctico. Sólo de esta manera conseguiremos evitar la pérdida de componente aeróbica con entrenamientos intensos.

En resumen, es fundamental saber cómo gestionar intensidades altas de entrenamiento, adaptación de nuestro organismo a estas intensidades altas de trabajo, además de mantener un adecuado componente aeróbico. Las tres son fundamentales para rendir con excelencia en competición, y sólo con un óptimo equilibrio entre ellas conseguiremos un buen rendimiento.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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