Este post viene como consecuencia de una pregunta de mis atletas:
¨¿Qué te parece meter 3-4 progresivos los lunes y miercoles despues de hacer Fuerza? Como lo ves? Crees en el tema de la transferencia de la fuerza?¨
La pregunta es interesante. Entiendo que la pregunta de este atleta está relacionada con incluir el gesto de carrera mediante progresivos inmediatamente después de hacer fuerza con el fin de trasladar la fuerza realizada al gesto de la carrera, y por lo tanto mejorar el rendimiento. Pues bien, hemos de decir al respecto que investigaciones realizadas por Fleishman E.A. et al., Arthur Jones, y Robert N. Singer, han demostrado que imitar el gesto del deporte que realizamos en un entrenamiento de fuerza no ayuda a mejorar el resultado del entrenamiento de fuerza. Es más, en casos en los que añadimos carga o imitamos velocidad de un deporte concreto durante un entrenamiento de fuerza puede ser contraproducente para el rendimiento de ese deporte. Además, estos autores concluyen que el resultado de lo llamado ¨transferencia¨ puede no sólo no ayudar a mejorar el rendimiento esperado, sino que además incrementa el riesgo de lesión del deportista.
Por lo tanto, y resumiendo investigaciones realizadas en el entrenamiento de fuerza, indican lo siguiente:
1. No es recomendable incluir el gesto deportivo en el entrenamiento de fuerza, ya que el resultado puede ser opuesto al esperado, disminuyendo el rendimiento deportivo como consecuencia de alteraciones en el mapa motor (conexiones neurológicas para formular el gesto deportivo). Si nuestro cuerpo es fuerte muscularmente, ya se encargará de incluir esta fuerza en el gesto concreto del deporte que hagamos, la carrera en nuestro caso. Intentar trabajar la fuerza con el gesto como medio para transferir la fuerza al movimiento es contraproducente, ya que alteramos el mapa motor del gesto y por lo tanto la eficiencia del gesto en sí.
2. Intentar realizar trabajo de fuerza con movimientos rápidos y explosivos disminuye la eficiencia a la hora de conseguir fatigar al músculo y por lo tanto la adaptación de éste al entrenamiento intenso. Es mucho más eficiente el trabajo de fuerza con movimientos lentos y controlados (Shortening Training & Resistance Institute, Lucas Leal), trabajando todo el rango contráctil de músculo que movimientos rápidos. Probad, qué es más fácil hacer una sentadilla rápida, o muy lenta… con el mismo peso.
La respuesta a este atleta es que lo importante es trabajar la fuerza correctamente, con los correctos planos de movimiento y ejes de fuerza, llegando al estímulo lo suficientemente alto como para conseguir la adaptación necesaria, y así la mejora. La incorporación de gesto de carrera o velocidad alta de ejecución del movimiento está probado científicamente que es contraproducente para conseguir los efectos de adaptación y mejora muscular buscados en el entrenamiento de fuerza