El sistema neuromuscular del cuerpo humano es un fantástico compensador, y así, solventa las debilidades de los músculos débiles con los fuertes. Además, esta compensación no es al azar, y cualquier músculo débil no es compensado por cualquier músculo fuerte. La premisa principal es que ambos, el débil y el fuerte, han de tener la misma biomecánica de movimiento. De esta manera, la debilidad por ejemplo de un glúteo mayor habitualmente no es compensado por la fortaleza de un vasto del cuádriceps, ya que difieren en biomecánica. En el plano sagital, el primero es fundamentalmente extenso de cadera, mientras que el segundo es extensor de rodilla.
Con estos conceptos en mente, nos centramos en el presente post en una de las lesiones más habituales del corredor, sobrecarga de isquiosurales (isquios). Sin embargo, los isquios (genéricamente hablando, ya que están formados por cuatro músculos, bíceps femoral cabeza corta, larga, semimembranoso, y semitendinoso) no son habitualmente músculos débiles. Nos encontramos así con la paradoja de que se sobrecargan con facilidad y frecuencia. Así es, habitualmente no es la musculatura débil la lesionada, sino aquella que compensa a la débil, trabajando extra, y por consiguiente sobrecargándose. Este fenómeno es explicado en Lesión y Dolor, dentro de este blog. Siguiendo con este razonamiento, no tendría sentido frente a una lesión de isquios trabajarlos, ya que se han sobrecargado por sobreuso, no por debilidad. Sin embargo, lo más interesante e inteligente sería analizar el origen de la sobrecarga para atajar de origen el problema, más que intentar ir a la zona de dolor en sí.
Algunas pistas para identificar el origen del problema de sobrecarga recurrente de isquios sería analizar musculatura que comparte mecánica de movimiento con ellos. Este análisis no es fácil, y requiere de grandes conocimientos de biomecánica, fisiología, anatomía, y neurología. Además, el resultado del análisis tampoco es coincidente en todos los atletas. Sin embargo, un patrón común en un porcentaje muy elevado de atletas con problemas de isquios es que éstos no es precisamente musculatura débil. Por lo tanto, no caigamos en el error de intentar solucionar una lesión fortaleciendo la zona de dolor, porque habitualmente ésta no es coincidente con la musculatura débil. Es posible, que lejos de salir de la lesión, fortaleciendo la zona lesionada conseguiremos aumentar todavía más el desequilibrio muscular causante de la lesión.