La semana pasada plasmamos el Entrenamiento de fuerza de Segio F. Infestas, con duración de 8 meses, con una sesión semanal junto a su entrenamiento de carrera; enfatizamos el componente de intensidad, a pesar de ser un atleta de 62 años, y realizar competiciones de fondo. Efectivamente, el factor intensidad es clave en el entrenamiento de fuerza, e inigualable en cualquier disciplina deportiva. Estamos de acuerdo que es necesario introducir una intensidad lo suficientemente alta como para producir adaptación y mejora, ya que de otra manera nos estancaremos en el entrenamiento. Incluso debemos pensar en intensidad máxima, pero siempre con las premisas de control, seguridad y no lesionar. Estos últimos factores no son posibles en el entrenamiento del atletismo «per se», en el que hay un elevado componente de estrés mecánico y riesgo de lesión asociada, especialmente en atletas veteranos como es el caso que nos incumbe en el presente post. De esta manera, un entrenamiento de fuerza correctamente realizado nos permitirá al menos dos aspectos tremendamente positivos en nuestro entrenamiento:
- Ganar fuerza, evidente, pero siempre si se realiza de forma correcta.
- Tan importante o más que la primera, ser capaces de meter intensidad extrema de forma segura, sin lesionar, en cada una de las sesiones de fuerza.
Ambos factores son importantes en todos los atletas, también en corredores de fondo. Los beneficios del entrenamiento de fuerza a alta intensidad en corredores de fondo veteranos radica en la estimulación de fibras musculares rápidas tipo II, difícilmente activadas en entrenamiento de volumen en el entrenamiento de carrera, pero necesaria su función en competición. Recordemos que el Sergio sobrepasó a su oponente en un cambio de ritmo en el último km de carrera. Sin duda, el entrenamiento de fibras musculares rápidas tipo II, y el metabolismo láctico asociado a ellas, fue crítico para obtener rendimiento deportivo exitoso en la competición.
El entrenamiento de fuerza de máxima intensidad, pero con control, seguridad y ausencia de lesión, es crítico para un rendimiento óptimo. El beneficio del entrenamiento de fuerza de alta intensidad en atletas veteranos de larga distancia radica en la activación de fibras rápidas tipo II asociadas a la intensidad límite de la contracción muscular.
