Muchas ocasiones intentamos hacer difícil lo fácil, y sin embargo hacer fácil lo difícil es lo que realmente es difícil. Probablemente las series de miles son un clásico en el plan de entrenamiento; sin embargo, no es tanto el entrenamiento en sí lo más importante sino el ritmo al que se hace. No es tan crítico el entrenamiento, sino ajustar la intensidad de éste. La verdadera esencia del entrenamiento no es tanto «inventarse» rocambolescas combinaciones de series, sino individualizar la intensidad para cada atleta.
El domingo pasado vivimos una experiencia espectacular en el entrenamiento. Formábamos un grupo muy diverso, aunque todos teníamos el mismo entrenamiento, repeticiones de 1000 m. Ahora bien, la intensidad era muy diferente para cada atleta, tanto por las características individuales de cada uno, como por la prueba objetivo. Formamos hasta cinco grupos diferentes, cada uno a su ritmo, y cada uno con ideas muy claras de lo que tenía que hacer. No hizo falta explicar el entrenamiento, y cada uno de nosotros tenía muy claro que el Mister piensa, y el atleta entrena, aunque en esta ocasión el Mister además de pensar hizo también el entrenamiento; No fue necesario un crono en la mano, y sin embargo todos clavamos los ritmos previamente planificados. El ambiente que se respiraba en la pista el domingo, todo para nosotros, es difícil de explicar. No tiene nada que ver correr con entrenar. El domingo pasado todos entrenamos, con ideas muy claras, y con pasión por el verdadero atletismo desde la infancia.
El entrenamiento fue sencillo, repeticiones de mil metros, de la siguiente forma:
Grupo 1. Un total de 5×1000 a ritmo de 3´00″ – objetivo principal medio fondo – Pista Cubierta, primer entrenamiento intenso de miles de la temporada
Grupo 2. Un total de 8×1000 a ritmo de 3´10-3´15 – objetivo principal 10 km ruta sub 32´
Grupo 3. Un total de 8×1000 a ritmo de 3´20 – objetivo principal 10 km ruta sub 33´30
Grupo 4. Un total de 8×1000 a ritmo de 3´45 – objetivo principal 10 km ruta sub 37´
Grupo 5. Un total de 8×1000 a ritmo de 4´00 – objetivo principal 10 km ruta sub 40´
Todos el mismo entrenamiento, pero diferente al mismo tiempo. Cada uno en su ritmo, sin ir al límite, porque el objetivo no es competir entrenando, sino entrenar para competir.
Lo importante de cada entrenamiento no es el entrenamiento en sí, sino la intensidad del mismo. La intensidad es la clave de un entrenamiento exitoso.
Más intensidad no es necesariamente mejor, pero al mismo tiempo la intensidad debe ser los suficientemente alta como para inducir mejora. Lo más complicado no es pensar qué series hacer, sino a qué intensidad hacerlas. La intensidad justa es la clave del éxito. Como un medicamento, si te pasas podría ser contraproducente; ahora bien, ha de ser con la cantidad suficiente como para que sea efectivo, ni más ni menos, lo justo.