Poder disfrutar con 52 años de un evento deportivo de resistencia como éste, cumplimentarlo prácticamente en mi registro y acabar entero sin ninguna molestia es unauténtico lujo. No dejo de pensar en que son 42.000 impactos sobre músculos, tendones, huesos y articulaciones, que no es moco de pavo. A día de hoy las sensaciones de recuperación son estupendas, y ya estamos deseando quemar suela de nuevo, lo cual da cuenta de tu buen hacer.
Saborear estas mieles hubiera sido imposible sin tu concurso y lo menos que puedo hacer es compartir contigo (y con mis compañeros de equipo) esta alegría. Como corredor popular, soy consciente de que para ti ésta será una marca discreta, pero en lo personal me supone un verdadero chute de ilusión que me anima a seguir trabajando y aprendiendo contigo. Tu trabajo es realmente fascinante y eres muy afortunado al poder ejercerlo desde tu pasión por el deporte.
Es muy probable que de no haberte conocido, hoy estaría dando tumbos, desorientado de lesión en lesión y sin apenas poder competir. ¿Y qué es la vida, sino una constante competición?