En fisiología, podríamos diferenciar dos campos que son clave en el rendimiento de corredor; fisiología metabólica y fisiología muscular. En la primera, la transición del metabolismo aeróbico al anaeróbico es sin duda la variable más importante en el entrenamiento del corredor de fondo. Con respecto a la segunda, el músculo como generador de fuerza es el pilar fundamental sobre el que debe sostenerse el rendimiento, no solo del corredor, sino de cualquier deporte.
Fisiología del metabolismo celular en el músculo; Uno de los factores clave en el rendimiento del corredor de fondo es la capacidad para mantener altos valores de metabolismo aeróbico, a pesar de la intensidad elevada en la competición. De esta manera, las vías metabólicas asociadas a la fosforilación oxidativa (aeróbicas) son determinantes para evaluar el rendimiento en competición. Con este objetivo, el concepto umbral anaeróbico / umbral láctico son frecuentemente utilizados en la planificación del atleta de fondo como indicadores de rendimiento y de intensidades para inducir mejora. Así, el umbral láctico se ha definido como el punto en el que el aumento en la producción de lactato, medido en sangre, aumenta de forma exponencial con la intensidad del ejercicio. Clásicamente esta zona de umbral ha sido utilizado como indicador de intensidades en los entrenamientos de corredores de fondo. Sin embargo, y contrariamente a lo que comúnmente se piensa, el lactato, lejos de ser un metabolismo de desecho o perjudicial para el organismo, se presenta como pieza clave en la obtención de energía. El lactato no es un metabolito necesariamente contraproducente para el rendimiento deportivo. George Brooks, et al. han demostrado hace ya más de 20 años, que el lactato es utilizado como fuente energética durante el ejercicio. Entrenamientos óptimamente adaptados de forma individual para cada atleta inducen mejoras en el rendimiento, debido a la gran plasticidad y capacidad de adaptación del metabolismo de la célula muscular.
Por otro lado, el músculo es el tejido del cuerpo por excelencia con la función principal de generar fuerzas. Un correcto funcionamiento del sistema muscular es clave ya no solo para planificación exitosa del plan de entrenamiento, sino además para asegurar una correcta readaptación de lesiones deportivas. Mejorar la fuerza del músculo en primordial en la vuelta a los entrenamientos tras una lesión. Sin embargo, el entrenamiento del músculo está menospreciado, poco entendido, y la mayoría de los casos perturbado por corrientes comerciales poco eficientes y sin base científica. Normalmente se piensa que para mejorar una marca es necesario hacer las series más rápido de lo que anteriormente te ha llevado a hacer esa marca. Sin embargo, el éxito no radica tanto en aumentar los ritmos e intensidad del entrenamiento, sino en mejorar el rendimiento del sistema muscular. Uno de los mayores errores en el entrenamiento radica en el pensamiento de hacer más intensidad para intentar correr más rápido en la competición. Hemos de tener en cuenta de que el rendimiento de carrera está siempre por encima del rendimiento del músculo, y solo mejorando y equiparando éste último con el primero podremos seguir mejorando. Ceñirnos en intensificar los ritmos de las series, sin mejorar de forma paralela el rendimiento del músculo dará lugar a un desequilibrio brutal del primero, de manera que el segundo, es decir el sistema muscular, será incapaz de soportar la intensidad del entrenamiento. El resultado de un entrenamiento agresivo de series, de forma continuada, descuidando el entrenamiento del músculo será un rendimiento comprometido y a corto plazo lesión.
«Analizando entrenamientos de más de 150 atletas, se llega a la conclusión de que la clave está no tanto en los ritmos de las series o en los entrenos de carrera, sino en maximizar el sistema muscular de cada uno de ellos».
Por lo tanto, nos encontramos con la dicotomía de la fisiología del metabolismo celular y la fisiología muscular. La primera va enfocada hacia la mejora de la eficiencia metabólica, mientras que la segunda está centrada en la mejora de la fuerza muscular como pilar angular del entrenamiento. Ahora bien, la fuerza ha de ser entrenada de forma correcta, y cualquier «entrenamiento de fuerza» no es suficiente.