El daño muscular no es más que un efecto mecánico originado por la contracción de la fibra muscular al mismo tiempo que ésta se está elongando. Este proceso de contracción y elongación continua da lugar a un proceso inflamatorio, con la producción de factores y moléculas biológicas asociados a la inflamación. Estos factores inflamatorios son a su vez los que permiten la reparación del tejido dañado durante la fase excéntrica del ejercicio intenso. La carrera es un deporte con un gran componente de contracción excéntrica. Sin embargo, el ciclismo, el componente concéntrico prima sobre el excéntrico, originando así menor daño muscular. Ésta es la razón por la que la recuperación de un esfuerzo intenso de atletismo requiere una recuperación mucho mayor que la de un esfuerzo en ciclismo de intensidad similar. El daño muscular provocado por una sesión de bicicleta es mucho menor al correspondiente de una sesión de carrera de intensidad similar.
Entrenamiento, herramienta para la mejora del rendimiento, pero solo si la intensidad es milimétricamente ajustada.
El entrenamiento es la herramienta que tenemos para mejorar no solo nuestro rendimiento, fundamentalmente a través de la adaptación generada en el músculo. Ahora bien,