El trabajo de fuerza ya no sólo para mejorar la salud atlética del deportista sino también como herramienta fundamental para conseguir un rendimiento óptimo en competición. El trabajo de fuerza debe de ser el adecuado, ya que de otra manera no estaríamos consiguiendo los beneficios de la fuerza para mejorar nuestro rendimiento.
Uno de los aspectos clave en el trabajo de fuerza es la velocidad de ejecución. Es obvio que la intención es simular la ejecución de movimientos de los respectivos deportes. Sin embargo, estudios de Arthur Jones, Edwin A. Fleishman et al. han demostrado que realizar entrenamiento de fuerza simulando tanto el gesto deportivo como la velocidad alta de ejecución es contraproducente para conseguir los resultados más óptimos en la estimulación y adaptación muscular. Centrémonos del segundo aspecto (velocidad de ejecución). Consideremos que el objetivo de todo entrenamiento de fuerza es fatigar al músculo, para crear un estímulo lo suficientemente elevado como para conseguir adaptación y por lo tanto mejora. Si esto es así, que debe de serlo, ya que de otra manera no mejoraríamos nuestra fuerza, una velocidad alta de ejecución disminuye la posibilidad de fatiga e incursión muscular durante el entrenamiento de fuerza. Para fatigar al músculo es muy importante controlar el movimiento, para así trabajar la contracción (concéntrica y excéntrica) en todo el rango contráctil del músculo, sin permitir descanso alguno entre repeticiones de una serie de trabajo concreto. Es más, hemos de ser capaces de adaptar la fuerza constante al perfil de resistencia durante todo el rango de movimiento, para evitar el descanso del músculo. Sólo de esta manera conseguiremos fatiga, y como consecuencia adaptación y mejora de la fuerza. Una vez mejoremos la fuerza, ya se encargará nuestro cuerpo de incorporar la fuerza en el gesto concreto de deporte que realicemos. Pero intentar incorporar velocidad de ejecución durante el entrenamiento de fuerza implicará ausencia de fatiga y una disminución en la eficiencia del trabajo muscular.
En resumen, la velocidad de ejecución en el trabajo de fuerza debe de ser lento, tanto en la fase concéntrica como excéntrica. Además, será importante adaptar la fuerza constante con el perfil de resistencia durante todo el rango de movimiento, para así evitar descansos, y llegar a la fatiga muscular. Sólo con la fatiga conseguiremos crear adaptación y mejora muscular. Como referencia, podemos decir que la velocidad de ejecución podría ser 8 segundos fase concéntrica, 1 a 2 segundos fase isométrica para terminar con 6 segundos fase excéntrica, nos daría un total de 15 segundos. El número de repeticiones para conseguir llegar a la fatiga podríamos centrarlo en 6, con lo que el total de tiempo de trabajo por serie es de 90 segundos. El número de series recomendado sería de 2. De nuevo, fundamental adaptar el perfil de resistencia para mantener fuerza constante, y así evitar descansos durante una serie de trabajo de 6 repeticiones. El descanso entre series mínimo (conceptos adaptados de Resistance Institute & Lucas Leal).