Correr está de moda, los parques y las calles de todas las ciudades y pueblos de España se llenan de corredores a diario. Correr engancha, de tal forma que sin darnos cuenta nos plantamos en una carrera un domingo, tras otro, hasta que buscamos objetivo, rendimiento, entrenar más, rendir más, competir más, y mejorar nuestra marca personal. Todos queremos más, queremos mejorar lo realizado el domingo anterior, más distancia, mejor tiempo, entrando en un bucle competitivo difícil de salir. Sin embargo, no siempre se mejora, y en muchas ocasiones no damos con la tecla adecuada para seguir mejorando. Lo que es peor, ponemos a nuestro cuerpo al límite pensando que más entrenamiento es mejor, creemos que más kilómetros serán necesarios para correr más rápido, que dos días de series a la semana no son suficientes y entonces metemos tres días. Más, más, y más… pero seguimos sin mejorar… y no nos damos cuenta de que la clave no es más, sino en mejor. Es la excelencia y no la exigencia lo importante. Correr no es fácil, y la clave no está en entrenar más, sino en entrenar mejor. Pero correr mejor implica saber, conocer, estudiar, y muchas horas de trabajo para sacar lo mejor del cuerpo humano. Queridos corredores, estamos jugando con nuestro cuerpo, y solo tenemos uno… no lo descuidemos, no lo pongamos al límite, porque una vez más, más no es mejor, sino que en la inmensa mayoría de los casos más en peor. Datos en USA (http://www.usafmarathon.com/running-injuries/) indican que entre 6 y 9 corredores de cada 10 se lesionan al menos una vez al año. Datos preocupantes, y que dan mucho que pensar. Cuando ya hemos entrenado el abecedario, por favor no sigamos entrenando más, sino que pensemos en alternativas en las que puede estar nuestro margen de mejora. La mente es como un paracaídas, solo funciona si la tenemos abierta (Albert Einstein). Basta ya de hacer siempre lo mismo, basta ya de tantas series, de tanta intensidad, y de tantos kilómetros, porque la clave para mejorar nuestro rendimiento deportivo no está en el trabajo de cardio ni en el muscular, sino en el sistema nervioso. Es éste último el director de orquesta, y si prescindimos de él no mejoraremos nunca. La clave está en una correcta comunicación sistema nervioso-sistema muscular, y en la puesta en juego de todos los músculos implicados en cada unos de los gestos de la carrera, y no solo en los «cuatro magníficos» de siempre. Solo aquél que trabaje en el ámbito neuromuscular conseguirá un óptimo rendimiento.
Entrenamiento, herramienta para la mejora del rendimiento, pero solo si la intensidad es milimétricamente ajustada.
El entrenamiento es la herramienta que tenemos para mejorar no solo nuestro rendimiento, fundamentalmente a través de la adaptación generada en el músculo. Ahora bien,