El gran obstáculo para que el corredor llegue a cumplir los objetivos de marcas es sin duda la optimización del entrenamiento de fuerza, especialmente en atletas veteranos. Es de sobra conocido la pérdida de función y masa muscular con la edad (sarcopenia). Sin embargo, nos obsesionamos en seguir entrenando la carrera, cuando el factor limitante está en el músculo no en el cardio. Todos hemos oído la frase «de arriba voy fenomenal, pero las piernas no me daban más». Efectivamente, el músculo esquelético es el verdadero motor del cuerpo, y no el corazón. Este fenómeno de la musculatura como parte central del rendimiento ha sido descrito magistralmente por el Dr. Dug McGuff en Body by Science:
«No puedes acceder a la musculatura de forma significativa a través del corazón, pero puedes acceder al corazón de forma efectiva a través de la musculatura»
Frase magistral que define realmente lo que debería ser la parte angular del entrenamiento, la fuerza. Sin fuerza no hay carrera, y difícilmente podremos llegar a nuestros objetivos si nuestro sistema muscular no es capaz abastecer las demandas inherentes a la carrera.
Ahora bien, la fuerza ha de ser entrenada de forma correcta, y cualquier «entrenamiento de fuerza» no es suficiente. De nuevo, este hecho es especialmente evidente en atletas veteranos con deficiencias brutales en el sistema muscular. Los resultados de entrenar la carrera sin un adecuando entrenamiento de fuerza son devastadores: Lesión y rendimiento deportivo comprometido.
Es muy probable que el entrenamiento de fuerza tal y como está siendo planteado en la actualidad esté equivocado. Más del 60% de los corredores veteranos se lesionan al menos una vez al año. Estos datos dan mucho que pensar, y el trabajo para cambiar estas estadísticas debería ser incansable, pero al mismo tiempo apasionante por modificar métodos de entrenamiento que no funcionan. Estimados corredores, cada día lo estamos viendo más claro;
El rendimiento y la salud deportiva radica en el entrenamiento eficiente del músculo, y no en el cardio.