Dolor vs. causas del dolor en corredores

Es muy habitual en corredores, y en deportistas en general, la presencia de dolores o molestias sin diagnóstico claro. Es decir, a pesar de que el corredor presenta molestias, no hay evidencia de diagnóstico en pruebas realizadas con resonancia magnética (RM), ecografía o radiografía. Son molestias que habitualmente tienen origen y causa en otras zonas del cuerpo diferentes a las del dolor. El origen de las molestias habitualmente no está en la zona de dolor en sí, sino que son consecuencia de desequilibrios musculares de otras zonas. En este tipo de dolores no se encuentra una causa identificable con estudios de imagen. Además, son dolores que van en aumento dentro de una misma sesión de entrenamiento. Habitualmente el corredor es capaz de comenzar a correr casi sin molestias, pero conforme aumenta el tiempo de entrenamiento el dolor va también en aumento. Además, son dolores que habitualmente ceden con el reposo, pero que rápidamente vuelven a hacer acto de presencia al reanudar los entrenamientos.

Dolores que no tienen un origen evidente son verdaderos quebraderos de cabeza para el corredor, ya que habitualmente no responden a tratamientos clásicos de fisioterapia. La solución no es fácil, pero normalmente pasa por el trabajo de desequilibrios musculares que dan lugar al dolor.

Correr es una actividad extremadamente estresante, y lleva al cuerpo a situaciones físicas límite. Enfrentarnos a un entrenamiento de carrera requiere que nuestro sistema muscular esté preparado para soportar el estrés del impacto. Contrariamente a lo que se piensa, hemos de ser conscientes de que correr debilita. El debilitamiento es mayor cuanto más intenso sea el entrenamiento, y cuanto menos esté nuestra musculatura preparada para el debilitamiento progresivo y continuo asociado al movimiento de la carrera.  La creencia de que correr mejora nuestra salud nos ha llevado a pensar que más es mejor. Es más, pensamos que emulando gestas de las excelencias nos llevará a actividades saludables y a nuestra propia excelencia. Sin embargo, excelencias en el deporte son pocas. Más todavía, todos pensamos que sabemos correr, simplemente ponernos unas zapatillas y salir al parque.

Si nos centramos en rendimiento y en deportistas, sería lógico pensar que los desequilibrios musculares comprometen el óptimo resultado deportivo, ya que el cuerpo tendrá que compensar con otras partes del cuerpo para realizar el gesto deportivo de la mejor manera posible. Por lo tanto, una correcta valoración de nuestro cuerpo nos dará pistas para determinar si el gesto deportivo está comprometido, pudiendo resultar en un menor rendimiento. Además, la disminución del rendimiento será más palpable cuanto más mejoremos nuestras marcas personales. De hecho, es muy habitual observar atletas que a  pesar de tener margen de mejora a nivel metabólico, el rendimiento se ve comprometido como consecuencia de los desequilibrios musculares.

Otro factor a tener en cuenta en el resultado de los desequilibrios musculares es la lesión. Una descompensación habitualmente termina en dolor, y en mayor medida cuanto más intenso sea nuestro entrenamiento. Esta es una de las razones por las que las lesiones normalmente van asociadas a períodos de entrenamiento intensos. En estos casos, la descompensación ya no sólo compromete el rendimiento, sino que además termina en lesión como consecuencia de la incapacidad del cuerpo para compensar en momentos tan intensos del entrenamiento.

Es importante una correcta valoración muscular para identificar desequilibrios musculares. Una vez identificados, hemos de incorporar trabajo de fuerza dentro de nuestro programa de entrenamiento para mejorar y llegar a eliminar la descompensación. El trabajo de fuerza es importante, pero más importante es saber qué fuerza he de realizar. Porque recordemos, si trabajamos la fuerza cualquier forma, los músculos fuertes se harán más fuertes, y los débiles permanecerán débiles.  El resultado será opuesto al deseado, es decir un mayor desequilibrio, menor rendimiento deportivo, y mayor probabilidad de lesión.

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Formación

Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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