El pie es sin duda un elemento clave en la carrera. Hemos de tener en cuenta que dependiendo de cómo sea el apoyo, los vectores de fuerza reactiva del suelo contra nuestras articulaciones serán diferentes. Millones de apoyos determinarán no solo el rendimiento en la carrera, sino sobre todo la salud de nuestras articulaciones, tanto de tobillo, como de rodilla, cadera, columna, incluso hombro y cuello. Por lo tanto un correcto apoyo será clave en el rendimiento, pero también en la salud del corredor.
El pie es fundamental para proporcionar estabilidad y proveer una base firme que soporte el peso de nuestro cuerpo durante la carrera. Pero ojo, no solo el peso, sino además el pie ha de ser capaz de soportar el tremendo estrés que suponen las fuerzas reactivas del suelo en cada impacto. El pie está formado por 28 huesos y 25 articulaciones, además de toda la musculatura asociado a ello. De esta manera, los músculos del tobillo y pie no controlan únicamente la acción específica sobre las articulaciones, sino que además han de proporcionar estabilidad, y ser capaces de impulsar y absorber las fuerzas durante la carrera. Una limitación en la función muscular del tobillo y pie podría dar lugar no solo a un rendimiento comprometido, sino además a lesiones o sobrecargas de otras partes del cuerpo.
La evolución de las zapatillas de los últimos años nos ha llevado a primar el rendimiento sobre la salud, sin darnos cuenta de que no todas las zapatillas son para todos los corredores. Es sorprendente, y preocupante a la vez, ver incluso en atletas de élite, como cada apoyo podría estar ocasionando un daño tremendo en las articulaciones.
Como hemos mencionado en muchas ocasiones, el trabajo de fuerza debe ir enfocado, no tanto a mover peso, sino a dar estabilidad a la articulación. Esta premisa, clave en todo trabajo de fuerza, se hace todavía más evidente en el trabajo para el pie. Además, hemos de tener también en cuenta de que una cosa es la zona de dolor y otra muy diferente el origen del mismo. De nuevo, esto se cumple fundamentalmente en el pie, porque el apoyo durante la carrera determinará en gran medida zonas de sobrecarga, no tanto por la debilidad de la musculatura sobrecargada o lesionada, sino más bien por un apoyo anómalo e ineficiente.
El trabajo de fuerza del pie, como generador de fuerza en la carrera, será clave para prevenir sobrecargas y lesiones. Sin embargo, en muchas ocasiones, nos centramos más en la zona de dolor, que en el origen del mismo.
El trabajo del pie radica primera en evaluar deficiencias, tanto en plano sagital (flexión dorsal / flexión plantar), pero también en plano horizontal o transversal (pronación / supinación). Cada movimiento biomecánica tendrá una musculatura asociada que será clave trabajar;
- Plano sagital; Flexión dorsal (tibial anterior, tercer peroneo), flexión plantar (gemelo, soleo, plantar delgado.
- Plano horizontal / transversal; supinación (tibial posterior), pronación (peroneo largo y corto).
Lógicamente estos son solo ejemplos de escenarios sencillos y que se han simplificado para un mejor entendimiento por parte del lector, pero sería conveniente profundizar para poder trabajar de forma óptima la tremenda complejidad del pie.
Difícilmente podremos correr de forma eficiente sin un buen pie y un buen tobillo. Además, una limitación en la biomecánica de pie y tobillo, tarde o temprano nos llevarán no solo a un rendimiento comprometido sino además a la lesión, del pie o de otras articulaciones / musculatura que podría sufrir de forma colateral.
Para más información sobre el trabajo de fuerza del pie ver Trabajo de fuerza Pie