Fuerzas en el cuerpo son torques, es decir fuerza en torno a un eje de rotación.

El estudio de la biomecánica del movimiento humano es tremedamente complejo, e involucra disciplinas ligadas a la física, matemáticas (trigonometría), mecánica, anatomía, fisiología y neurología. El conocimiento de los principio biomecánicos es clave para examinar fuerzas externar e internas que intervienen en el control del movimiento. El movimiento humano se genera desde el punto de vista biomecánico, y en relación a los diferentes ejes articulares con sus correspondientes planos de movimiento. En el estudio de la biomecánica y la cinemática del cuerpo humano hemos de considerar que las fuerzas son rotacionales, y por lo tanto torques.

La fuerza rotacional varía a lo largo del ROM, configurando el perfil de resistencia. El papel del sistema NeuroMuscular (NM) humano para generar fuerzas internas, y contrarrestar fuerzas externas, es fundamental para dar estabilidad a la articulación. El conocimiento de la biomecánica de las articulationes ligadas a la cadera, rodilla, pie, columna, hombro y codo, además de su interacción son el sistema muscular, y controlado por el sistema nervios es clave para el tratamiento de cualquier lesión, o de la mejora del rendimiento en el ejercicio físico.

Todos los movimientos articulares son movimientos de rotación sobre los ejes correspondientes como hemos visto. Por lo tanto, para comprender la cinemática del cuerpo humano hemos de considerar que las fuerzas son rotacionales, es decir, entorno a un eje de rotación. La fuerza rotacional se define Torque (T), o momento de fuerza, la cual es el producto de la fuerza (F)  aplicada por la menor distancia entre la línea de fuerza y la articulación desde donde se aplica la fuerza brazo de momento (MA). 

T = F x MA

La F se mide en Newton (N) y el MA en metros (m).

Observamos como la línea de fuerza cambia su ángulo de aplicación con respecto al segmento del antebrazo, y por lo tanto el MA disminuye, a pesar de que la G y el eje de rotación no varían.

Estos aspectos biomecánicos hemos de tenerlos en cuenta a la hora de trabajar la fuerza, ya que si no será tremendamente difícil conseguir los beneficios del entrenamiento de fuerza, y los resultados incluso podrían ser contrarios a los esperados.

Además, en todo movimiento, existe una velocidad, sin embargo hemos de tener en cuenta que la velocidad permanece constante es ausencia de fuerzas desequilibrantes. Por lo tanto, lo realmente relevante no es la velocidad en sí, sino el cambio de velocidad que se genera como consecuencia de una aceleración producida por una fuerza. La fuerza desequilibrante genera la aceleración. Si utilizamos el ejercicio como herramienta de trabajo para recuperar lesiones, o para fortalecer musculatura con el fin de prevenirlas, es fundamental tener presente que una fuerza desequilibrante que genera aceleración y por lo tanto cambio de velocidad tendrá que ser de alguna manera controlada por el sistema en determinados puntos del ROM. Los requerimientos de fuerza necesarios para el control de las aceleraciones podrían superar las capacidades del sistema en sí mismo, generando un riesgo elevado de lesión.

También hemos de tener en cuenta que el sistema NeuroMuscular humano tiene la capacidad de generar fuerzas internas, con la principal función de gestionar fuerzas, para dar estabilidad a la articulación. Recordemos que las fuerzas internas no solo dependen de la masa del músculo, sino fundamentalmente del sistema nervioso, con una orquestación adecuada a través del sistema NeuroMuscular.

Pongamos como ejemplo la biomecánica de flexión/extensión de cadera (plano sagital);

Movimiento de pelvis con respecto al fémur, basculación pélvica. Habitualmente tiene lugar en situaciones de carga (apoyo durante la marcha o la carrera). En posición neutra, cada la EIAS está perfectamente alineada con la EIPS, y en paralelo a la línea vertical de la sínfisis de pubis. Sin embargo en posición de flexión de la pelvis con respecto al fémur (basculación anterior), moverá la EIAS anterior e inferiormente, e irá asociada a una extensión de columna lumbar. Por el contrario, la extensión de la pelvis con respecto al fémur (basculación posterior), moverá la EIAS posterior y superiormente, e irá asociada a una flexión de columna lumbar. Ver imagen abajo.

En el presente post simplemente hemos puesto un ejemplo de biomecánica de la cadera en el plano sagital, pero tendremos que ser consciente y sobre todo conocedores de la biomecánica de todas las articulaciones del cuerpo para poder actuar de forma correcta sobre ellas con el entrenamiento de fuerza. Estamos de acuerdo que el entrenamiento de fuerza es clave para mejorar el rendimiento y para prevenir el riesgo de lesión, ahora bien, de cualquier forma no vale. Además, si no se ejecuta correctamente, el resultado podrías ser perjudicial y contrario a lo deseado.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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