Homeostasis del entrenamiento – ajuste de intensidad y volumen para generar adaptación y mejora del rendimiento.

En el entrenamiento es clave entender la fisiología del músculo, y más importante todavía como nuestro sistema muscular es capaz de adaptarse al entrenamiento, y así conseguir la mejora a través de la adaptación. Ahora bien, la adaptación ha de ser progresiva, secuencial, y ajustada de forma milimétrica en cada unos de los entrenamientos del atleta en cuestión. El ajuste del entrenamiento con la carga e intensidad nos permitirá mantener la «homeostasis fisiológica»; evitando el sobre-entrenamiento.

Sin embargo no es fácil adaptar el entrenamiento y al mismo tiempo mantener una homeostasis fisiológica idónea. El principio del entrenamiento se basa en el ajuste adecuada de la carga e intensidad, generando adaptación y por lo tanto mejora en el rendimiento, pero al mismo tiempo sin pasarnos, ya que de otra manera podrías obtener un resultado opuesto al esperado. La esencia del entrenamiento es una montaña rusa, alcanzando picos de intensidad y volumen, para después bajar, proporcionando al organismo los estímulos adecuados para recuperar y mejorar. Ahora bien, si los picos son excesivamente altos, o repetitivos en el tiempo, y no dejamos al sistema que asimile y se adapte, el entrenamiento entonces se convierte en un sobre-entrenamiento, difícilmente asimilable por el sistema y por lo tanto provocando un rendimiento comprometido.

«En el entrenamiento, las sesiones deben de estar milimétricamente ajustadas, medidas y así permitir mantener la homeostasis fisiológica del sistema».

Ahora bien, en qué consiste la homeostasis, o en otras palabras en qué se basa el equilibrio que precisa el sistema para poder asimilar los estímulos que damos en cada entrenamiento. Cada atleta tiene un equilibrio, que no tienes por qué ser igual al de su homólogo, a pesar de que ambos puedan tener las mismas marcas en competición. Recordemos que el entrenamiento debe ser estructurado no en función de unos ritmos o marcas, sino en base a un objetivo metabólico. En el organismo, el cuerpo precisa energía en forma de ATP para poder realizar la contracción muscular necesaria en cualquier actividad deportiva. La energía proviene de metabolismo aeróbico o anaeróbico. Aunque no se trata de elegir uno u otro, y en muchas ocasiones ambos tienen lugar de forma sincronizada, sí hemos de ser conscientes de que mientras el primera es sostenible en el tiempo durante la competición, el segundo es fugaz, de pocos minutos y difícilmente puede ser mantenido con el paso de los km. Esto significa, que en deportes de resistencia hemos de depender del metabolismo aeróbico para poder obtener un buen rendimiento. Es más, competiciones de 10 km dependen de un 90% del metabolismo aeróbico, y en distancias de media maratón prácticamente el 100% tiene que se aeróbico. Por lo tanto, estos datos nos dicen que para poder rendir en distancias iguales o superiores a 10 km, hemos de estructurar nuestro entrenamiento en base a vías metabólicas aeróbicas, ya que las anaeróbicas entran muy poco en juego.

Volviendo a la estructuración del entrenamiento, y partiendo de la base de que el entrenamiento debe establecerse no es base a ritmos sino a vías metabólicas, tenemos que saber qué sesiones son fundamentalmente aeróbicas, y cómo poder estructurarlas para conseguir el mejor rendimiento. Es evidente, que el entrenamiento no es tan sencillo como podría inicialmente pensarse, y no es cuestión de decir cuántos km y a qué ritmo, o cuentas series o qué series, sino más bien, cómo puedo optimizar mis vías metabólicas aeróbicas para mejorar mi rendimiento en competición.

Qué son vías metabólicas aeróbicas? partiendo del concepto, una vez más, de umbral aeróbico, hemos de tener encuesta que todos los ritmos por encima de umbral láctico serán fundamentalmente anaeróbicos y poco sostenibles en el tiempo. Por el contrario, todos aquellos entrenos con ritmos iguales o inferiores a umbral láctico serán fundamentalmente aeróbicos, y así sostenibles en el tiempo, con gran capacidad de inducir adaptación, mejora y sobre todo con un mantenimiento homeostático del sistema.

El mensaje del post, es trabaja fundamentalmente a umbral láctico o por debajo, para inducir una mejora en las vías metabólicas aeróbicas que serán las que nos proporcionarán las bases para poder mantener ritmos de forma sostenible en el tiempo. Los entrenamientos realizados de esta manera serán mucho más asimilables, y nos permitirán generar mayor adaptación, como consecuencia de no perder una homeostasis o equilibrio que es necesario para un rendimiento óptimo. La recuperación será mucho más fácil, los entrenamientos más placenteros y sobre todo sostenibles durante años.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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