Factores determinantes en la recuperación del entrenamiento intenso en atletismo y ciclismo

La capacidad de recuperación es un aspecto clave en el rendimiento deportivo, y fundamentalmente en deportes tan exigentes como son el atletismo y el ciclismo. Sin embargo, los tiempos de recuperación en disciplinas de fondo en ambos deportes son marcadamente diferentes. De esta manera, una sesión de entrenamiento en atletismo puede requerir días e incluso semanas para una recuperación óptima. Por el contrario, una sesión de ciclismo en la mayoría de los casos, no requiere de tanto tiempo, incluso en casos de sesiones de gran intensidad y de larga duración. Sin duda son varios los indicadores a tener en cuenta para la recuperación de una sesión de entrenamiento, pero un componente clave, aunque no el único, será el aspecto biomecánico. Insistimos que hay más indicadores, pero en esta entrada de blog nos centraremos en la importancia de la biomecánica de ambos deportes. El objetivo será no la comparación de ambos deportes, ni de debatir qué deporte es de mayor dureza, sino más bien analizaremos cómo podemos mejorar la recuperación de entrenamientos de intensidad, fundamentalmente en atletismo. Recordemos que una óptima recuperación será fundamental ya no solo para poder mantener la intensidad y continuidad de los entrenamientos, sino fundamentalmente para la asimilación de los mismos. La mejora de rendimiento radica no en la realización de un entrenamiento aislado, sino en conjunto de todos los entrenamientos realizados durante meses o años.

El ciclismo presenta una gran ventaja con respecto al atletismo en temas de recuperación, y es que la bicicleta puede ser y de hecho debe ser ajustada con la mejor biomecánica posible para el ciclista. Por el contrario, en el atletismo, la biomecánica reside no en una bicicleta sino en nuestro propio cuerpo, y especialmente en el comportamiento de las articulaciones durante la carrera.

«La biomecánica de carrera viene marcada por un comportamiento óptimo de la articulación, y ésta será determinada por la capacidad que tiene el sistema muscular a través del sistema nervioso de dar estabilidad a la articulación».

El párrafo anterior es clave para entender el rendimiento deportivo de un deporte tan complejo como es el atletismo. Cuanto mejor sea la biomecánica de un atleta más equilibrio muscular tendrá, y lo que es fundamental menos sobrecarga tendrá sobre sus articulaciones y sistema muscular. Una menor sobrecarga implicará menor daño muscular, mayor capacidad de recuperación, menor probabilidad de lesión, redundando en una mayor continuidad en el entrenamiento. Los atletas con mejor biomecánica son precisamente aquellos que tienen más capacidad de recuperación, y más continuidad en los entrenamientos sin lesión. Volviendo al ciclismo, es un deporte infinitamente menos lesivo que el atletismo, independientemente de la dureza, y también más fácilmente recuperable después de esfuerzos intensos. La razón, no es tanto por no ser un deporte de impacto, o con menor componente excéntrico, sino sobre todo porque es mucho más fácil llevar una buena biomecánica sobre una bicicleta perfectamente ajustada, que sobre el pie del atleta en cada uno de los apoyos con el suelo durante la carrera.

Lejos de intentar crear conflictividad entre los lectores, el mensaje no es tanto que el ciclismo es menos lesivo o más fácilmente recuperable que el atletismo, sino que hemos de prestar un especial cuidado a la biomecánica de la carrera si queremos mejorar nuestro rendimiento a través de una mejor recuperación y una menor probabilidad de lesión.

La pregunta obvia que surge es cómo podemos mejorar la biomecánica de la carrera. La respuesta va enfocada no tanto al trabajo de la técnica de carrera, sino más bien con la mejora del sistema muscular para que cada músculo haga lo que tenga que hacer en todo momento, tanto en timing como en secuencia. Es decir, imaginemos que un atleta presenta grandes debilidades en la biomecánica del glúteo mayor como extensión de cadera. Es muy probable que otros músculos con biomecánica similar como son los isquios tengan que hacer un trabajo extra para compensar la debilidad del glúteo mayor en su función de extensión de cadera en cada uno de los impactos durante la carrera. El resultado será una sobrecarga de los isquios, menor capacidad de recuperación muscular y más probabilidad de lesión, no por su debilidad sino como consecuencia de la debilidad del glúteo mayor. La solución pasa por la mejora de la biomecánica de extensión de cadera mediada por el glúteo mayor, no con técnica de carrera, sino con el trabajo de la musculatura correspondiente (glúteo mayor). Difícilmente un aspecto biomecánico mediado por un desequilibrio muscular se podrá solventar con técnica de carrera, ya que la musculatura débil por mucho que nos empeñemos mejorando la técnica no hará lo que tiene que hacer en el momento adecuado y con la intensidad correcta.

Por lo tanto, pongamos atención no solo en la estructuración del entrenamiento, intensidad y volumen, sino además en la mejora incansable del sistema muscular, con la finalidad de mejorar la biomecánica de carrera, resultando en una mejora del rendimiento y en una menor probabilidad de lesión en un deporte tan lesivo como es el atletismo.

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Luis del Águila

• Doctor en Fisiología.
  (Penn State University, USA).
• Fellowship.
  (Harvard Medical School, USA).
• Licenciado en Bioquímica. 
  (Universidad de Navarra, Pamplona)
• Recordman Nacional Master
• Medallista Internacional Master
• Campeón de España Master
• Campeón Regional Absolut
• Apasionado del Entrenamiento

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