En una entrada anterior de este mismo blog explicamos el alto componente de contracción excéntrica que tiene la carrera. La contracción excéntrica consiste en una elongación de la fibra muscular al mismo tiempo que ocurre la contracción muscular, lo que origina una tensión muy grande en el músculo, dando lugar a pequeñas microroturas de las fibras musculares. Este daño mecánico es mayor cuanto mayor sea la intensidad de la carrera, y es especialmente evidente después de una competición o de entrenamientos muy exigentes. Los efectos de una contracción excéntrica no son únicamente a nivel mecánico (microroturas musculares), sino que además tienen una consecuencia metabólica importante. De esta manera, hemos demostrado en estudios científicos (del Águila et al. 2000) la reducción en la capacidad para reponer glucógeno muscular después de un ejercicio intenso. Por lo tanto, después de un entrenamiento duro o de una competición, la célula muscular no sólo estará dañada estructuralmente, sino que además estará impedida para reponer el glucógeno utilizado durante el esfuerzo físico. Las consecuencias serán que además de tener los clásicos dolores musculares, los niveles de glucógeno en el interior del músculo serán deficitarios y difíciles de reponer a corto plazo. Este doble efecto tiene pico a las 48 hrs posteriores al ejercicio intenso, para después ir bajando progresivamente hasta que la célula sea reparada, tanto mecánica como metabólicamente. Un problema mayor surge cuando tienen lugar entrenamientos o competiciones repetidas en corto espacio de tiempo, dando lugar a un estrés muscular continuo, tanto a nivel estructural como metabólico. El resultado es un impedimento continuo para la reposición de glucógeno muscular, con la consecuente disminución en el rendimiento deportivo.
En definitiva, cuidado con hacer entrenamientos muy intensos o competiciones seguidas en corto espacio de tiempo, porque puede dar lugar no sólo a daño muscular difícil de reparar, sino también a consecuencias metabólicas con el consecuente agotamiento de glucógeno muscular. El resultado será una disminución importante en el rendimiento deportivo. La intensidad del entrenamiento debe de ser gestionada en su justa medida, y con mucha precaución, de otra manera el resultado en rendimiento podría ser opuesto al deseado.