Es impresionante la memoria que tiene el cuerpo para correr. Mis entrenamientos de las últimas semanas han sido muy justos en kilometraje y suaves en intensidad, de 20 a 30´, de vez en cuando metiendo algún mil en ritmos cercanos a los 3´30-3´40¨/km, y poco más. Sesiones de fuerza, con algunas rectas, pero sin forzar nada en absoluto. Sin embargo hoy, día festivo, con más tiempo para hacer lo que más me gusta, me he dado un premio corriendo con olor a tartán. Por temas varios mi cuerpo no está para tirar cohetes, pero sin embargo, y a pesar de entrenar muy poco, sigo manteniendo esa alegría y magia que siempre me ha dado el atletismo. Una vez más, en el calentamiento ya notaba que mis piernas iban, que tenían ganas de caña, y era consciente de que el día sería especial. El entrenamiento ha consistido en 5x(500+200), los 500 entre 1´25¨ y 1´22¨, y los 200 entre 31¨ y 32¨. Cada vez queda menos para las competiciones de pista. Las sensaciones espectaculares, rodeado de fantásticos amigos, y después con cervecitas de día festivo.
Entrenamiento, herramienta para la mejora del rendimiento, pero solo si la intensidad es milimétricamente ajustada.
El entrenamiento es la herramienta que tenemos para mejorar no solo nuestro rendimiento, fundamentalmente a través de la adaptación generada en el músculo. Ahora bien,