El trabajo de fuerza es clave ya no sólo para mejorar el rendimiento deportivo, sino además para una óptima salud del sistema muscular. El músculo es clave para la locomoción, pero también en su función como el órgano endocrino más grande del cuerpo. Desde hace años, y gracias a los estudios del grupo de trabajo de Pederson sabemos que el músculo en contracción (no en reposo) produce una serie de sustancias a las que se les dio el nombre de mioquinas. Éstas han sido asociadas a funciones clave para nuestra salud, como respuesta inflamatoria o diferenciación y proliferación celular, además de un equilibrio metabólico.
«Por lo tanto, el hecho de que el músculo esquelético sea el órgano más grande de nuestro cuerpo, que su secreción de moquinas esté relacionada con su actividad de contracción y que a su vez pueda ejercer gran influencia en el metabolismo de tejidos y órganos, abre la puerta a ‘un nuevo mundo de posibilidades’ tanto en lo relativo a la compresión de nuestra fisiología deportiva como a posibles aplicaciones terapeúticas y de salud»
En resumen, cuidar y entrenar a nuestro sistema muscular va más allá del deporte. Ahora bien, el trabajo de fuerza asociado al músculo debe de ser adecuado, ya que de otra manera no estaríamos consiguiendo los beneficios de la fuerza para mejorar nuestro rendimiento, o lo que es más importante, nuestra salud.
Uno de los aspectos clave en el trabajo de fuerza es la velocidad de ejecución. Es en este aspecto donde realmente radica el mayor error en el entrenamiento de fuerza. En el gráfico abajo se indican resultados de estudios en fibras musculares; ha sido demostrado que la fuerza capaz de generar la fibra muscular disminuye con la velocidad de contracción. Es más, el músculo con fibras musculares de más longitud es capaz de generar más fuerza que músculo de fibras cortas a una velocidad determinada, como consecuencia de tener la primera más sarcómeros (unidad anatómica y funcional del músculo) que la segunda. Además, la diferencia en la generación de fuerza entre ambos músculos disminuye a velocidades lentas.
Fuente: Skeletal Muscle structure, Function and Plasticity, 3rd. Edition, Richard L. Lieber
- Los ejercicios realizados con el músculo que le permita contraerse a alta velocidad, suponen que también se contraen con una fuerza relativamente baja. “La carga ligera se puede mover mucho más rápidamente”
- Por el contrario, los ejercicios donde se produzca una elevada fuerza, las velocidades deben ser relativamente lentas.
Por lo tanto, las ganancias de Fuerza se minimizan con los movimientos a velocidades explosivas. La fisiología del músculo es clara, aunque tremendamente compleja; más cuando muy probablemente estamos ante conceptos totalmente opuestos a lo que normalmente nos llega. Ahora bien, estoy plenamente convencido de que solo entrenando la fuerza de forma correcta, precisa, y en la dirección de la fisiología podremos llegar a minimizar la tremenda agresividad del deporte de la carrera, mejorar el rendimiento, y lo que es más importante, nuestra salud. Son pocos los atletas que logran terminar una temporada entera sin lesionarse, y sin embargo, seguimos cayendo en los mismos errores. Además, el potencial del músculo como órgano endocrino se extiende a la mejora de nuestra salud, y entrenarlo de forma adecuada debería primar ante cualquier otra circunstancia u objetivo. Sin embargo el trabajo muscular está claramente infravalorado, cuando es probablemente el indicador más importante de salud. Seré más radical todavía, quizá estemos realizando demasiado «cardio», cuando lo realmente importante es el músculo esquelético. Infravalorar el trabajo muscular en favor al cardio probablemente nos lleve a resultados que podrían ser opuestos a los esperados, tanto a nivel de rendimiento deportivo como de salud.
Dos mensajes:
- El trabajo muscular debería primar ante cualquier circunstancia, tanto si el objetivo es de rendimiento deportivo como de salud.
- Solo entrenando el músculo en la dirección que marca la fisiología podremos conseguir los objetivos deseados. La velocidad de ejecución lenta en el entrenamiento de fuerza es clave para una optimización de la función muscular.